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COMUNICADO PÚBLICO

Llamamiento urgente por la protección de la Vida y la integridad del Pueblo Nasa del Departamento del Cauca


Pensamiento y Acción Social – PAS, rechaza con vehemencia el asesinato del líder indígena del pueblo Nasa, Edgar Tumiñá Gembuel, Kiwe Thegna, de la vereda de Pueblo Viejo, Toribio, ocurrido el sábado 1 de marzo de 2025 en el casco urbano de Toribio, así como el ataque a la población que acompañaba el traslado de su cadáver hacia su comunidad, el día domingo.


Estos hechos solo constatan una vez más la profunda crisis humanitaria a la que están sometidas las comunidades indígenas de la zona norte del departamento del Cauca y ratifican la tendencia de su continuo agravamiento tal y como lo afirmaron, hace casi un año, en abril de 2024, las autoridades indígenas cuando advirtieron “… de no presentarse un verdadero compromiso y respaldo del gobierno nacional con las estrategias comunitarias de cuidado territorial y colectivo, la tendencia de las desarmonías territoriales, seguirá en aumento, pues las decisiones comunitarias por defender el territorio se han ratificado y los grupos armados no han mostrado ningún gesto de respeto a estas decisiones colectivas”.


El “Informe de Desarmonías Territoriales”, elaborado por el Tejido de Defensa de la Vida, daba cuenta de que solo entre enero y abril de 2024, las comunidades indígenas del pueblo Nasa residentes en esta zona habían sido víctimas de 223 ataques: 39 homicidios, 32 reclutamientos forzados, 29 amenazas, 29 seguimientos/persecuciones, 15 retenciones de comuneros, 12 secuestros, 12 atentados, 11 hallazgos de explosivos, 8 intimidaciones, 6 confinamientos, 3 desplazamientos forzados, entre otros ataques.


Entre mayo y diciembre de 2024, estas cifras continuaron aumentado con los asesinatos, entre otros, de los comuneros Deiby Yair Bueno (junio 10) en López Adentro y Dino Ul Musicue (3 de agosto) en el Nilo y del Kiwe Thegna Victyor Alonso Yule en Toribio (18 de agosto), junto a más de una decena de homicidios que no fueron identificados en el momento y que en su mayoría ocurrieron en Toribio (julio 18 – agosto 18). También con el secuestro de Jhon Eider Pechené en Corinto (junio 9) y el hallazgo de artefactos explosivos instalados cerca de las viviendas de los comuneros de Toez (agosto 3), en la vía Corinto Miranda y en el casco urbano de Corinto (8 de octubre).


Son claros indicativos del continuo deterioro de la situación de derechos humanos para esta población, entre otros:


  • La llegada al territorio de un nuevo grupo armado “Frente 57 Yair Bermúdez” que se suma a los Frentes Dagoberto Ramos y Jaime Martínez del EMC-FARC, la Compañía Juan Carlos Chilhueso del ELN, el Ejército Nacional con numerosos batallones, grupos de delincuencia urbana como pandillas, que compiten entre sí por el control de cabeceras municipales y trayectos de la zona rural plana, dejando en medio del fuego a las comunidades, sus organizaciones comunitarias, gobiernos propios e iniciativas productivas.

  • El aumento del número de ataques contra las comunidades y organizaciones, así como el promedio de ataques por mes.

  • El incremento de casos de secuestros y desapariciones forzadas.

  • La reaparición del desplazamiento forzado intraveredal o interveredal, así como confinamiento de familias debido a los fuertes combates y a las minas antipersonales.

  • El daño a la infraestructura que permite la atención de los comuneros en los Sitios de Asamblea Permanente, durante los enfrentamientos armados.

  • La desconcentración de los ataques antes realizados contra los guardias indígenas y las autoridades propias, por más siete años consecutivos, hacia nuevos blancos como los miembros de la organización dedicados a la educación comunitaria, el trabajo artístico y la comunicación propia.

  • El aumento sostenido del reclutamiento forzado de menores de edad que estarían siendo trasladados hacia los departamentos de Valle del Cauca, Tolima y Huila, como resultado de la llegada de nuevos grupos armados a la zona, el establecimiento de alianzas momentáneas y su rompimiento, así como los contantes rompimientos y restablecimientos de las Mesas de Diálogos por la paz total.

  • La sevicia con la cual los actores armados ilegales, presentes en la zona, ponen fin a la vida de los líderes sociales. Ahora no les resulta suficiente matarlos, necesitan desfigurar sus rostros para sembrar el terror en la mirada de sus compañeros de lucha y en sus familiares.


Todos estos ataques que concentran la guerra en los sitios de mayor fortaleza del movimiento indígena del Cauca dan cuenta de que en el fondo de este conflicto armado interno, hay una intencionalidad de exterminio del pueblo Nasa. Con cada ataque pretenden acabar la vida física, espiritual y cultural del pueblo Nasa, desestimular el trabajo comunitario de protección territorial y debilitar las organizaciones sociales de base que luchan diariamente por su autonomía y proponen nuevas agendas políticas al movimiento social nacional.


Guardadas las proporciones y las diferencias de contexto, la crisis humanitaria vivida recientemente por los pobladores del Catatumbo, que escandalizó al país, se viene viviendo en el Cauca desde hace más de 7 años y el Cauca aún sigue esperando los decretos de emergencia y las voces de solidaridad y aliento.


Por lo expuesto, Pensamiento y Acción Social – PAS, pide al gobierno nacional, a la cooperación internacional y a los organismos de Naciones Unidas, tomar todas las medidas requeridas para evitar el exterminio de este pueblo étnico, base de la diversidad étnica que define la identidad nacional, respondiendo de conformidad con sus deberes y competencias.


Es momento de ratificar con hechos su compromiso por la defensa y protección de los derechos humanos y de apoyar los ingentes esfuerzos que ponen en juego diariamente las comunidades Nasa para preservar su supervivencia. No tienen que, ni deben, hacerlo solos.



Descargue el comunicado completo:


 
 
 

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